"Tenía miedo de que me matara": cómo es cuando los Sugar Daddy te pagan en la universidad.
Jessica Hyer, de 24 años, dice que las chicas vulnerables están siendo atraídas al peligroso trabajo sexual con la promesa de ser presentadas a ricos y generosos mentores. Ella recurrió a 'Sugar Daddy Dating' para poder financiarse mientras estaba en la universidad de Manchester. Se suponía que era una solución a corto plazo, pero tenía consecuencias perjudiciales para estudiantes más vulnerables.
Jessica Hyer recurrió al Sugar Dating tras endeudarse mientras trabajaba como camarera y se costeaba una carrera en la universidad de Manchester. Se hizo dependiente de las grandes cantidades de dinero que recibía a cambio de citas y sexo con hombres mayores. Fue dinero rápido para la desesperada joven de 19 años, que se había mantenido a sí misma desde que dejó su hogar a los 16 años. Cuando intentó dejarlo ya había quedado mentalmente incapacitada para continuar estudiando o mantener un trabajo. Jessica ha necesitado terapia para su trastorno bipolar y estrés postraumatico tras la experiencia “sugar baby”.
Jessica, en un intento por hacer que las mujeres y hombres jóvenes se den cuenta de lo que conlleva, y algunos de los riesgos, cuenta lo siguiente sobre el sistema:
“Tiene como blanco a las estudiantes. De hecho se te proporciona una cuenta premium gratuita por tener un email de estudiante”.
La captación consiste en:
“Te hacen creer que estos hombres son mentores, que te van a ayudar con tu carrera y que su interés en ti no es sexual. Pero en realidad el objetivo es casi siempre el sexo”.
Al respecto de los llamados “mentores”/“sugar daddies”:
“En mi experiencia la inmensa mayoría de hombres no te trata como si fueses un ser humano”.
Para ellos eres una inversión y una inversión sexual”.
Y no todos tienen un montón de dinero, de hecho, algunos son muy apretados. “Entonces comienzas a bajar tus estándares y empiezas a tomar riesgos porque necesitas el dinero”.
Recapitulando sobre la experiencia que vivió durante 4 años, reconoce que la empresa de sugar dating no hacía nada cuando ella denunciaba a ciertos Sugar Daddies en la web y que no consiguió encontrar ninguna ayuda aunque llegó incluso a temer por su propia vida.
Jessica ahora considera muy problemático ver cómo se pretende dotar de glamour a este sistema.
En la actualidad está formándose para trabajar en salud mental y constituyendo un grupo de ayuda para chicas que estén atravesando su misma experiencia.
“Logré salir del sugar dating y quiero formar parte de ese mismo proceso en la vida de otras personas”.
Traducido por Maria Arenas
“Todos los Sugardaddy podrían encontrar un prostituta de lujo pero no lo hacen porque buscan algo más”.
En otro artículo de El Confidencial;
"8.500 universitarias buscan su 'sugar daddy': "No es prostitución, es dar un braguetazo"
Después de levantar polémica en otros países de Europa, las plataformas de 'sugar dating' se expanden por España. Se dirigen sobre todo a universitarias.
Desde su aplicación en España se ha extendido bastante, está siendo tildado de prostitución encubierta. Está claro qué nombre recibe acostarse con desconocidos a cambio de dinero, pero no está tan claro si hacerlo a cambio de una cena en el restaurante más exclusivo de la ciudad cruza o no esa línea roja.
SugarDaters, es una plataforma danesa que debutó hace unos meses en España, aglutina ya a unos 15.000 usuarios y, desde luego, no esconde ese componente transaccional a la hora de publicitarse: "No importa si estás en busca de amor, de una relación casual, de amistad o de apoyo económico". Durante la entrevista que mantiene El Cofidencial con uno de los cofundadores de esta plataforma, insiste que la prostitución y otros servicios sexuales o de 'escort' están "estrictamente prohibidos en SugarDaters". Pero muchos de sus usuarios no parecen tenerlo tan claro. Tampoco el fiscal delegado de Criminalidad Informática, Roberto Valverde, que en una reciente entrevista en 'El Periódico' aseguró estar siguiendo los pasos de esta y otras páginas de 'sugar dating', particularmente si no eran capaces de controlar que los menores de edad se registraran y llegaran a recibir una contraprestación por servicios sexuales.
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