Concentración y lectura del Manifiesto por la Abolición de la Pornografía en Valencia



Manifiesto por la abolición de la pornografía

Desde el Front Abolicionista del País Valencià hemos convocado una concentración ante la Delegación de Gobierno de València para instar al Ministerio de Consumo a que tome medidas urgentes para abolir la pornografía, un negocio pernicioso y una práctica abominable de la cultura de la violación y de la explotación sexual.


Nos hemos reunido en nombre de más de 40 colectivos feministas para transmitir nuestra indignación ante la escalada en nuestro país de la violencia sexual, consecuencia derivada principalmente de la inaptitud y la falta de compromiso del Gobierno español para frenar la violencia estructural capitalista neoliberal que conduce a que nuestro país sea el primero en el consumo de prostitución, primero en venta de óvulos y encabece las listas con un desbordante consumo de publicidad y páginas web de contenido pornográfico.


Dentro de la pornografía no hay límites, la violencia es unidireccional hacia la mujer, las prácticas de incesto, castigo, asfixia, violaciones grupales, vómitos, daños físicos con penetraciones múltiples muy dolorosas y dilataciones extremas de ano y vagina, se convierten en las categorías más visualizadas.


La pornografía refuerza la violencia, naturaliza la masculinidad hegemónica, la cosificación y el proxenetismo. Las mal llamadas “actrices” en la pornografía, de igual forma que las mujeres prostituidas, son captadas en entornos de vulnerabilidad, pobreza, familias desestructuradas, con adicciones o en situación de prostitución.


Miles de plataformas pornográficas operan con impunidad en Internet, sin restricciones ni medidas de seguridad, al alcance de cualquiera que disponga de un dispositivo móvil, favoreciendo su acceso fácil a un público cada vez más joven –criaturas de entre 8 y 11 años pueden entrar en estas web incluso desde los videojuegos–, distorsionando la sexualidad, reproduciendo patrones machistas y un consumo adictivo.


Consideramos que el porno no puede estar en abierto y que niños y niñas de diez años o menos, con dispositivos móviles o videojuegos, puedan acceder a estos contenidos con un simple clic, encontrando natural un relato sobre incesto o una violación múltiple. Esta permisividad está configurando un tipo de sexualidad en la que se reafirma la soberanía del deseo masculino y se invisibiliza el femenino, reducido a la sumisión y el desprecio.


Las consecuencias nefastas del consumo de este tipo de sexualidad ya se están dando en personas adultas. Según el estudio presentado por las universidades de Baleares y de Santiago de Compostela, nueve de cada diez hombres jóvenes consultados creen que la pornografía es fiel a la sexualidad real, frente al 42% de las mujeres; y dos de cada tres chicos y chicas creen que verla no tiene ningún efecto negativo y solo un 16% cree que puede generar violencia contra las mujeres. Estos datos se desprenden de un estudio realizado con alumnado universitario de 18 a 26 años. La clave es que la juventud se asoma a la pornografía sin empatía ni conciencia crítica, en parte por haber tenido una educación afectivo sexual precaria o nula. Según datos de este mismo estudio, el tráfico diario de contenido pornográfico aumentó en España más de un 60% durante los primeros días de confinamiento el pasado mes de marzo de 2020.


Prostitución y pornografía coexisten juntas y forman parte del mismo universo económico. La prostitución se canaliza a través de las páginas web de pornografía. El porno, en gran medida, vive de los anuncios pagados. Pero hay más. En los burdeles hay permanentemente pantallas de televisión que están pasando vídeos pornográficos que cumplen una función pedagógica aberrante: les explica a ellos que no hay límites y a ellas cuánto deben soportar. Además, está constatado que la mayor parte de las mujeres que participan en vídeos porno están en situación de prostitución, amenazas, coacción y abuso.


Recientemente la conocida web Pornhub, a través de la justicia canadiense, tuvo que retirar más de 6 millones de vídeos con contenido delictivo: abuso de menores, violaciones reales, proxenetismo, grabaciones sin consentimiento. Por lo tanto, si hay voluntad política es posible atajar la situación descrita.


Cualquier Estado con políticas de igualdad como el nuestro, con adhesión a la Carta de Derechos Humanos, comprometido por los convenios internacionales contra todas las discriminaciones hacia las mujeres, con leyes aprobadas contra la violencia de género, por la protección de la infancia o en proceso de legislar contra la trata de personas, debería intervenir, pero ni siquiera se persigue la publicidad como sucede con el juego.


Por todo ello, exigimos al Ministerio de Consumo que impulse y apruebe de manera urgente iniciativas legislativas que conduzcan a la eliminación de la publicidad y las páginas web de contenido pornográfico.


Front Abolicionista País Valencià



Vídeo de la lectura: https://www.facebook.com/candida.barrosochulia/videos/4111604248861632

Artículo de Elísabeth Rodríguez en Las Provincias:


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