Pagar por torturar: las falacias de la “libertad” que vende el capitalismo.

Pagar por torturar: la prostitución y las falacias de la “libertad” que vende el capitalismo.

Artículo de Cecilia Zamudio

Los medios de alienación masiva multiplican cinismo y retuercen palabras como “libertad”, para normalizar las explotaciones más aberrantes; cuando está claro que es la Dictadura del Capital la que dicta las pseudo “libertades” y “elecciones” de las mayorías empobrecidas: es por ello que la mayoría de mujeres prostituidas procede de zonas y países empobrecidos por el saqueo capitalista.
“Que la clase explotadora, los proxenetas y la derecha hagan apología de esa falacia de la supuesta “libertad de elección” es coherente con sus putrefactos intereses; pero que gente que se pretenda “de izquierda” intente presentar una brutal explotación como algo casi bucólico, demuestra una carencia de empatía y de profundidad lacerantes”

El capitalismo hace negocio redondo: saquea los recursos y luego saquea los cuerpos de las mujeres empujadas a migrar por causa de la depredación que perpetran las multinacionales.
Numerosos estudios han revelado que gran parte de las mujeres prostituidas sufrieron maltrato en la infancia y padecen Trastorno de Estrés Post Traumático: “sufrieron violencia o fueron desatendidas en la niñez(…) sufren de depresión, trastornos de ansiedad y adicción en índices muy altos. La mayoría han sido violadas (…).
La mayoría dice que dejaría la prostitución de inmediato si pudiera hacerlo”. Esa es la terrible realidad que buscan tapar con el barniz del discurso sobre la supuesta “elección libre”. La prostitución es la continuidad y profundización desgarradora del trauma, en una sociedad culpable de no rescatar a tiempo a la niñez maltratada, y culpable de luego intentar banalizar la continuidad de la tortura, estableciéndola como “simple intercambio comercial” en la aberración de la prostitución.

La propaganda del lobby proxeneta hace malabarismos con la realidad para incrementar el mercado de la tortura: intenta esconder la realidad de violaciones y pretensiones pútridas durante horas, bajo el mito de la “pretty woman”, que no es, para nada, representativa de toda la extensión de una realidad siniestra.
Los defensores de la legalización de la prostitución intentan esconder, tras la fábula del “empoderamiento”, el dolor de las prácticas cada vez más extremas que piden los “señores puteros”, que pagan por “fiestas de violación”; intentan esconder la explotación en cadena de proxenetas, puteros, rentistas y expendedores de drogas; esconder la drogodependencia y descorporalización que se instala para disociarse del horror; esconder la realidad de las mujeres empobrecidas, empujadas a migrar y arrinconadas por la brutalidad del sistema, urgidas a conseguir el sustento para sus hijos empeñando su salud física y emocional, a la merced de sádicos misóginos que pagan por ejercer poder.








Ilustración de Cecilia Zamudio 

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